domingo, 3 de enero de 2010

Propósitos

Hay quien empieza el nuevo año con un propósito nuevo, como si la barrera que separa el 31 de diciembre del uno de enero fuera a cambiarnos la vida, o al menos algo de ella. Año nuevo, vida nueva, dice el refrán... que no es más que eso, un refrán.
La vida nueva, en cuanto a ese propósito que queremos, sólo depende de nosotros mismos, de nuestra voluntad, de nuestra fuerza. Si hay muchas cosas que no dependen de nosotros, desgraciadamente, esos propósitos que nos hacemos al comenzar el nuevo periodo de tiempo, la nueva etapa, sí son totalmente posibles si queremos llevarlos a cabo de verdad.
No hace falta que sea año nuevo, si cualquier día puede ser bueno (siempre será el mejor día) para dejar de fumar, de beber, o de consumir esa sustancia que nos está haciendo tanto daño.
Cualquier día puede ser bueno para comenzar a hacer ejercicio, siempre que realmente lo queramos hacer de verdad y con una continuidad. De nada sirve que el uno de enero empecemos a practicar deporte, si al primer día que hace frío tenemos la excusa perfecta para cesar en el propósito. Y ya.... ¿cuándo otra vez? Cuando llegue el año nuevo.
Cualquier propósito de cambio a mejor, en nuestra vida, en nuestra conducta, en nuestra forma de ser, cualquier idea que sea buena, hay que llevarla a cabo ya, sea hoy el día que sea, si de verdad queremos cambiar.
Quien se haya dado cuenta, con buen criterio y autocrítica, que algo no va bien en su vida, que cambie ya, y no lo deje para mañana, ni para el uno de enero.

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