miércoles, 27 de enero de 2010

Dinero tirado

No hay dinero para arreglar un colegio. Lo dice hoy la prensa. Hoy es siglo XXI, y ese colegio está en un pueblo de Sevilla, Andalucía, España, Europa.... Y no hay dinero para arreglar un colegio. A ver ahora qué hacen los niños.
Ese dinero tendría que ponerlo una Administración parece que mal administrada. Porque demostrado está el despilfarro vergonzoso (para quien tenga vergüenza, si es que queda) de un dinero que va a parar a mil y una subvenciones, comisiones y más que dudosos fines, todos también terminados en -ones. Que siga el dispendio y el despilfarro, que puede ser más importante que los barandas y mamelucos de la política tengan nuevos teléfonos móviles, últimos modelo y a gastos pagados (faltaría más), que unos niños tengan un pupitre decente donde estudiar.
Traje y peinado nuevo, cada viernes, para salir guapa (aunque la mona se vista de seda...) en la tele y en las fotos, a costa del contribuyente. Coches oficiales, ujieres, chóferes y secretarias a discrección para los señores diputados, senadores, presidentes y vices, alcaldes y concejales de pueblo, y otras especies varias de personajes y adláteres del invento más maravilloso del mundo para ser un buen vividor o vividora. Y que no falten unas buenas dietas (en metálico, claro), que de la otra dieta dan buena cuenta en los mejores restaurantes de brillantes tenedores, siempre a cargo de los presupuestos generales. Luego una buena copa y el puro, cual señoritos a los que tanto criticaban no hace mucho. Y venga viajes gratis.
Y luego callamos al pueblo con una buena fiesta, traemos al cómico de moda y negociamos un buen contrato con el representante, con buena comisión, siempre a repartir....
Ah, y fagamos una gran obra de la que hablen las próximas generaciones, podemos tirar el dinero en un gran estadio deportivo para la olimpiada de nunca jamás, aunque luego lo empleemos en conciertos musicales y algún que otro festejillo popular, y así conformamos al personal.
Y para asegurarnos el voto de los nuestros, levantamos unas calles y que arreglen las aceras, que las dejen mal para tener que volver a levantar la calle, y así la obra dura más tiempo y le damos más trabajo al personal. Pero que sea de los nuestros.
Y una subvención para la asociación de vecinos del barrio, que el presi es de los nuestros y el se encargará de conseguir los votos.
Y hay que destinar una partida en propaganda, carteles, anuncios en la tele y en la radio, una página web... para decir que somos muy buenos y lo hacemos todo bien.
Para todo eso hay dinero, para todo y para más de lo mismo.
Pero no hay dinero para arreglar un colegio. Prescisamente, ese que no es dinero tirado.

No hay comentarios: