lunes, 18 de enero de 2010

Empeorando "málamente"

Hablo (escribo) del habla. Aunque hay otros asuntos que también empeoran, como el habla escrita. Estamos empeorando, creo y pienso, en algo que tendríamos que ir mejorando. Si hace cincuenta años en España eran unos privilegiados los que tenían acceso a la enseñanza de las letras, y había niños que en edad de colegio estaban trabajando en el campo, y otros que no tenían colegio en el pueblo, ni medios... hoy, en pleno siglo XXI, no me lo explico.
Entonces a alguien se le podía escapar algún taco, y se podían mal aprender expresiones groseras de taberna, o escuchar algún insulto en una pelea o discusión. Era la excepción.
Ahora es la norma. Vamos por la calle y lo soez compite con lo borde. El que no grita, cuasi berrea. Y digo la calle, porque mejor no hablar de la televisión. Vaya conversaciones. Qué nivel.
Ya no se si hablamos como escribimos, hablamos como leemos (si es que queda alguien que todavía lea), o hablamos como... (lo que están pensando). Sí, este lenguaje de hoy es escatológico.
Claro está, habrá quien no sepa qué significa escatológico.
Y encima nos sentimos, se sienten, como héroes (si es en femenino habrá que decir "héroa"). Porque mientras más brutal sea el atentado contra el lenguaje, más gracia hará. Qué graciosa la semifamosilla de turno, en la tele, diciendo chorradas. Qué gracia. Sí, y qué gracia cuando llega el niño del cole diciendo la misma chorrada... qué gracia nos hace el nene.
¿Y qué me dicen de los "señores y señoras diputados y diputadas españoles y españolas que nos representan a todos y a todas los ciudadanos y ciudadanas...."? ¿Lo he escrito bien?
Ya no se qué es peor, si escuchar una conversación de quinceañeros, una tertulia cotillera televisada o un congreso de políticos.
Lo siento, me gusta escuchar a alguien que habla bien, y cada vez lo tengo más difícil.
Será mejor una buena lectura.

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