jueves, 14 de enero de 2010

La mano dura de la Naturaleza

Es caprichosa. Agradecida casi siempre, pero otras veces (afortunadamente las menos) saca a relucir su mano dura y arrasa con todo. Lo deja todo lleno de dolor e impotencia. Desolación y amargura.
La Naturaleza nos da más que nos quita. Pero cuando tiene un capricho en forma de fenómeno atmosfético o catástrofe, se lo lleva todo por delante. La fuerza asesina de un viento huracanado, de un tsunami, o un temporal de lluvia y tormenta... o un terremoto.... es esa mano dura de la Naturaleza que le dice al hombre quien es quien, y quien puede más.
Y es así, no hay quien pueda con la Naturaleza cuando tiene un capricho. El hombre puede arrancar un árbol, quemar un bosque, planear y edificar el campo, y hasta modificar el cauce de un río. En muchos momentos, el hombre puede desafiar a lo natural. Pero cuando la Naturaleza dice "aquí estoy yo", no hay quien pueda con ella.
Hoy, la Naturaleza ha sido cruel con una tierra, Haití. Muy cruel, muy dura. Como lo fue ayer con otros lugares, y seguramente lo volverá a ser en un futuro. Mientras aquí en la tribu el temporal de lluvia y nieve (y fuerte viento) ha arruinado cosechas y ha causado muchos daños materiales, un tremendo terremoto casi borra Haití del mapa. La mano dura de la Naturaleza ha dejado mucho dolor y muchas pérdidas humanas. Cientos de miles de muertes, por capricho de la Naturaleza.

No hay comentarios: