martes, 20 de julio de 2010

Volver a empezar... o acabar lo empezado

Los que nos paramos mucho a pensar, puede que a veces perdamos tiempo en el pensamiento. Y es cierto que se nos vaya la vida en un suspiro.
Cuando llega un día de los señalados del almanaque, volvemos a pararnos a reflexionar, quizá con más detenimiento, y llegamos a la conclusión de que tenemos que enderezar el rumbo en algunas cosas. Mejorar lo que sabemos que no hemos hecho bien, enmendar los errores que aún tienen solución y depende de nosotros. Poner mejor cara a la vida y a quienes nos la hacen sentir.
Ya se que puede sonar a utopía, eso de "a partir de mañana...", pero sólo nosotros, si nos lo proponemos de verdad, seremos capaces de hacer realidad ese propósito.
Hoy acaba la primera parte de mi vida, mis primeros cuarenta años en este mundo. Y en este momento empieza la segunda etapa, los cuarenta años que me quedan por delante. En principio, la primera idea que surge de la reflexión, era ese "volver a empezar"... pero pienso que mejor sería "acabar lo empezado", ir cerrando capítulos que están sin concluir y que, aunque algunos dependen del destino, debo intentar darles la solución definitiva.
Mi forma de ser, mi romance eterno con una forma de vida "muy mía", ha hecho que hasta ahora sólo cerrara los capítulos a los que otros le ponían fecha.
Son muchas las tareas que tengo iniciadas, muchas de ellas apasionantes, no existe el aburrimiento en mi vida, tengo asignaturas pendiente para otros cuarenta años.
No puedo ni debo volver a empezar. Prometo dedicarme a acabar lo empezado. Tengo tarea por delante.